Ha llovido mucho desde que los hermanos Lumiére inventaran el cinematógrafo allá por los últimos años del siglo XIX. Películas mudas. Sonoras. Blanco y negro. Color. Grandes estudios. Hollywood. Cinemascope. Clásicos inolvidables. Superproducciones. Comedias. Musicales. Dramas. Terror. Misterio. Pero, como decía el genio Billy Wilder, “Si el cine consigue que un individuo olvide por dos segundos que ha aparcado mal el coche, no ha pagado la factura del gas o ha tenido una discusión con su jefe, entonces ha alcanzado su objetivo.”
Este espacio es un rincón para todas esas pequeñas obras de arte que hacen que vivamos grandes y pequeñas emociones. De las que están y de las que vendrán. De las que pasan sin pena ni gloria. Y de las que, como la que da nombre a este blog, se recordarán especialmente con el paso de los años.
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